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Diario YA


 

me pasa como a don Gonzalo Fernández de la Mora: “yo ya no se si soy de los míos”

El PP se engaña a sí mismo

Ramiro Grau Morancho. Abogado, Profesor Universitario de Derecho y Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Escribo desde la preocupación y el pesimismo, viendo como España se nos va de las manos…, sin poder hacer nada para evitarlo.
          Aunque el voto es secreto, debo reconocer que toda la vida he votado al PP, ya desde los tiempos de la antigua AP, exceptuando un pequeño coitus interrumpus con el PAR, ese gran fraude electoral aragonés.
          Pero he dejado de votar al PP. Me siento engañado, o mejor dicho, traicionado, por Rajoy y sus mariachis femeninas, además de ese secretario de organización que parece medio lelo, y cuyo nombre no recuerdo ahora, ni falta que hace, pues es la nada en persona.
          Un partido se articula en torno a unos principios, una ideología, unos valores. Y cuándo los dirigentes del partido huyen de los principios –aborto, memoria histórica, unidad de España, etc.-, se corre el peligro de que los votantes abandonen al partido, como así ha sucedido…
         Y ahora el PP emprende una huida hacia delante, negando la realidad, y diciendo que no han perdido las elecciones, sino que las han ganado. ¡Acojonante! Una victoria pírrica, en todo caso, y se han dejado por el camino hasta la ropa interior.
          Con victorias como esta, vamos de victoria en victoria, hasta la derrota final, en las próximas elecciones generales.
          El PP disfrutó de un magnífico cheque en blanco, otorgado por la mayoría del pueblo español, para hacer las reformas que eran no solo necesarias, sino incluso imprescindibles, para sanear el país, pero nada de ello se ha hecho, pues la vice todo y la secretaria general, en permanente guerra entre ellas (no hay peor cuña que de la misma madera: ambas son abogadas del estado) han referido dedicarse a “trabajarse” a la oposición, mimar al grupo Prisa, hacer declaraciones a la Cuatro y la Sexta, etc., en lugar de apoyarse en sus medios naturales y, sobre todo, en sus electores.
          Roma no paga traidores, y por lo que hemos visto, el pueblo español tampoco. Pues eso, que se jodan. Y lo digo con pena, pues me pasa como a don Gonzalo Fernández de la Mora: “yo ya no se si soy de los míos”.

Ramiro GRAU MORANCHO,
Abogado, Profesor Universitario de Derecho y Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
 

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