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Diario YA


 

posiblemente tengan dos formas de ver la economía diferente

El Papa y Trump en algo vital coinciden, en el no al aborto

Fidel García Martínez. El Papa Francisco, el primer papa latinoamericano, ha recibido al vecino del norte y hombre más poderoso del mundo, D. Trump, acompañado de su familia. La reunión ha durado 27 minutos como todas las que celebra el Papa con los jefes del estado, cualquier que sea su ideología política. Según afirmó el presidente más polémico e insultado, que ha tenido nunca USA, estar con el Papa Francisco ha sido un honor. El Papa y el Presidente posiblemente tengan dos formas de ver la economía diferente, pero en algo vital coinciden: en el no al aborto directamente provocado y querido porque no se puede privar del derecho fundamental a la vida a nadie y menos a un inocente en el mismo seno materno.

Pero el Papa ya había dejado bien claro en su regreso a Roma después de su viaje a Fátima el 13 de mayo para canonizar a los niños Jacinta y Francisco, videntes de Nuestra Señora en Cova Da Iria, de cuyas apariciones se conmemoran los 100 años, cómo recibiría al Presidente, cuando dijo a los periodistas. Aprovechando el vuelo que lo destinaba a Roma y como es costumbre, dio una rueda de prensa respondiendo a las preguntas más comprometidas de los periodistas, que luego las redactan como más conviene a sus respectivos diarios. No podía faltar la pregunta relacionada con la visita de D. Trump al Vaticano el próximo día 24 de mayo.

El papa, en contra de la mayoría de los opinadores, dejó las cosas muy claras desde el principio: “Nunca juzgo a una persona sin escucharla, creo que no debo hacerlo (…) Yo diré lo que pienso, y él dirá lo que piensa. Siempre hay puertas que no están cerradas, hay que buscar puertas que están entreabiertas y hablar de cosas comunes y de seguir adelante”

Ante la pregunta capciosa de los periodistas, si el Papa Francisco creía, que Trump iba a suavizar sus políticas, contestó: que no le estaba permitido hacer semejantes cálculos políticos y aclaró que no pensaba cambiar a nadie. Y con suave ironía afirmó: “No soy uno que hace proselitismo, ni siquiera en religión” Seguro que muchos informadores alabarán o atacaran al Papa Francisco según les convenga a sus intereses progresistas o conservadores, derechistas o izquierdista.

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