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Diario YA


 

“Tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error”. Edgar Allan Poe

Dos gobiernos por el precio de uno: La democracia agoniza

Miguel Massanet Bosch

Sin duda alguna el señor Pedro Sánchez, del PSOE, se ha salido con la suya, por poco es verdad, pero lo suficiente para que España hay entrado en una segunda reedición de aquel Frente Popular, propugnado y subvencionado por la URSS en aquellos, ya lejanos tiempos de los años treinta, del siglo pasado. Nada, no obstante, que no se viera venir y sólo la creencia en un milagro que, por supuesto, no se ha producido, alentaba las esperanzas de algunos de aquellos españoles, de la vieja guardia, que no se resignaban a dejarse llevar por el desánimo y el fatalismo de lo que se presentaba como un resultado inevitable. Si se me permite, para contrarrestar el lamentable espectáculo de aquellos enemigos de España manifestando su regocijo por el resultado de las urnas, debo decir que, para los españoles, no estos de los que alardeaban los socialistas en el Congreso presumiendo de que España también les pertenecía sin tener en cuenta que, como se ha visto, no han tenido inconveniente en ponerla en las zarpas de comunistas y separatistas, sabiendo que, entre sus objetivos, está acabar con la monarquía, darle una salida política al problema catalán que, a la vista está, acabará siendo algún tipo de subterfugio para facilitar a los independentistas catalanes conseguir sus objetivos. Las consecuencias de esta primera traición a la patria, del PSOE y sus apoyos, va a ser que el País Vasco, uno de los que a la chita callando han contribuido de una manera eficaz al entronamiento de Pedro Sánchez que acaba de producirse, esta misma mañana, en el Congreso de Diputados, para vergüenza de todos aquellos que con sus votos han contribuido a darle paso a una coalición que tiene, entre sus objetivos inmediatos, aparte de ceder soberanía nacional, permitir el fraccionamiento de España como medio más fácil de poder hacerse con los gobiernos de cada una de las particiones.
Por de pronto, ya hemos tenido ocasión de escuchar a los de Bildu, reforzados por sus alianzas con el PSOE, atreverse a enfrentarse con el mismo Jefe del Estado sin que, la señora Batet, la presidenta del Congreso, supuestamente experta en Derecho; se haya tomado la molestia de consultar el reglamento de la cámara para enterarse de que hay limitaciones evidentes a la libertad de expresión, cuando se sobrepasa una determinada línea roja que, evidentemente, para ella, una persona que por su cargo estaría obligada a mantenerse imparcial, sólo cuenta si se trata de favorecer a su propio partido, el PSOE. Un ejemplo anticipado de lo que nos espera a los españoles, que no comulgamos con la ideología socialista ni comunista, ni mucho menos con los separatistas catalanes y vascos.
Hoy, el periódico catalán La Vanguardia, lleva en su primera una fotografía del acto que tuvo lugar en el salón del Trono Real con motivo de la Pascua militar. Si es cierto que una imagen vale más que mil palabras, en esta ocasión concreta, la contemplación de las imágenes de los reyes de España y la del mismo señor Sánchez, reflejadas en dicha fotografía, seguramente serían las más representativas de lo que se está produciendo en este país, en el que acaban de tomar posesión de su gobierno aquellos grupos políticos que llevan años pidiendo que se acabe con la monarquía, para cambiar el régimen actual, por el de una república que, por supuesto, no se parecería ni a la francesa ni a la alemana, porque los señores que nos van a gobernar son, precisamente, lo que se podría calificar como la antítesis de lo que es una democracia al estilo de Europa occidental o de los EE.UU de , en las que existen representantes de las derechas y de las izquierdas y se respetan los resultados de las urnas, sin que, aunque gobiernen republicanos o demócratas, la Constitución que se dieron en su momento, deje de ser respetada por igual cualquiera que sea el partido que gobierne. Los rostros de Felipe VI y de la reina Leticia  expresan, sin pretender ocultarlo, una gran preocupación por aquel momento que están viviendo y, tampoco parece que el compartir, con sus majestades, aquel acto de la Pascua militar de exaltación a las FF.AA sea algo del gusto de nuestro actual Presidente. Podríamos decir que es una escena más propia de la sala de un dentista, que la de una fiesta de la democracia que debiera de alegrar a todos los que participan en ella.
Y es que las noticas que vamos conociendo no son precisamente las que nos hubiera gustado escuchar. Ya la misma composición del nuevo gobierno, aún antes de que se haya confirmado oficialmente, da motivo a la primera preocupación. Se habla de que se van a producir dos fracciones o grupos dentro del gobierno, que parece que van a actuar independientemente la una de la otra. Una, que sería la que quedara en manos de los seguidores del Presidente Sánchez, que agrupara a los ministros que escoja dentro del grupo de colaboradores que le han venido siendo fieles durante este periodo electoral que acaba de trascurrir y, otros que, si la información es buena; dependerán en todo del señor vicepresidente, Pablo Iglesias, que será quien los organizará e implantará aquellas políticas que sean propias de sus ideas comunistas que, seguramente, no diferirán demasiado de las que aconsejaran al señor Maduro que pusiera en práctica, en Venezuela, y cuyos resultados, evidentemente mejorables, han contribuido a que aquel país se encuentre en la depauperada situación en la que se halla ahora.
Aparte de la vicepresidencia, que se reserva para sí un emocionado Pablo Iglesias (hoy anegado en un mar de lágrimas ante la confirmación de su victoria) que nunca se hubiera podido imaginar que, después de unas elecciones en las que fracasó rotundamente y que puso en peligro su continuidad al frente de Podemos, haya conseguido que, aquel que juró y perjuró que nunca pactaría con comunistas y separatistas, haya cambiado de opinión y hoy se esté morreando con ambas formaciones de izquierdas, mientras se están repartiendo los despojos de lo que en tiempos de más gratos recuerdos, fue esta España, cuando se hizo la transición ejemplar y nos dotamos de una Constitución que hoy, lo que queda de la oposición, se va a ver obligada a defender con todo el coraje de que sean capaces, para evitar que entremos dentro del bloque de las naciones sojuzgadas por regímenes que, simulando ser democracias, en realidad no son más que reproducciones, en pequeñas escala, del régimen estalinista de la Unión Soviética. No tenemos noticias de quienes serán los ministros que, el señor Sánchez, va a elegir para las carteras (principalmente las relacionadas con la economía) que se ha reservado para dirigir personalmente, pero ya parece que hay candidatos destinados a ocupar los ministerios que han quedado bajo la dirección del señor vicepresidente que, al parecer, serán: un ministerio nuevo de Consumo, con competencias sobre la regulación del juego, que le va a ser asignado al  actual líder de IU, señor Garzón; otro ministerio, nada menos que el importantísimo de Trabajo, que va a ser ocupado por una militante de IU, la señora Yolanda Díaz, mientras que el ministerio de Igualdad parece que se lo tienen reservado para Irene Montero. Cerrando la lista se habla de Manuel Castell, un sociólogo, al parecer propuesto por la misma Ada Colau, al que se pondría al frente del ministerio de Universidades. Un ramillete de comunistas con todas las competencias en materia laboral y de enseñanza, capaces de constituirse en la mayor pesadilla jamás creada para poner a los empresarios al borde de un ataque de nervios.
Y por si a alguien le quedaran ganas de pensar que, todo eso que nos está ocurriendo, es sólo un mal sueño; una pesadilla de la que vamos a despertar en cualquier momento; conviene que le echen un vistazo a lo que está sucediendo fuera de España, en la UE. Contemplen la facilidad con la que el Parlamento Europeo ha decidido que Puigdemont, Junqueras  y Comín, pese a la resolución que tomó la Junta electoral Central y de la comunicación que envió al organismo europeo, ha decidido ignorarla y ha insistido en que “ después de la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, fechada el 19 de diciembre de 2019, en su sesión plenaria del 13 de Enero del 2020 el Parlamento tomará acta de la elección como diputados europeos de Antonio Comín, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, con efectos 2 de julio del 2019” . En todo caso no parece que esta misma Europa que unánimemente se mostró contraria a tomar en cuenta los esfuerzos de los separatistas catalanes de que tomaran en cuenta sus aspiraciones independentistas, parece que, en cuanto el tema ha entrado en la vía judicial, ni en lo que hacer referencia a las  euro-órdenes, ni en cuanto a las alegaciones de nuestros máximos tribunales de Justicia, les van prestando la más mínima consideración. Quizá sea hora de que nos dejemos de tantas monsergas y les enseñemos las uñas a estos señores que, al parecer, no son capaces de entender otro idioma que el de se empiece a amenazar a Europa con represalias capaces de entorpecer la resolución de alguno de sus graves problemas para los que precisan de la aceptación unánime de sus socios.
Y, antes de finalizar, felicitar a la señora Oramas, de Coalición Canaria, por su valentía, su sentido de la decencia política, su amor por la Justicia y su compromiso con la unidad de la nación española. Posiblemente le pueda costar su cargo dentro de CC pero, sin duda alguna, su gesto merece ser considerado como único en una Cámara en la que, el conservar el sueldo de congresista, prima sobre cualquier otra consideración de tipo ética o moral.
O así es como, señores, desde la óptica de un simple ciudadano de a pie, conviene hacer alguna aclaración ante algunos ejemplos del socialismo europeo de los que se ha querida valer esta señora, Adriana Lastra, sobre la cual va a recaer una parte importante de la ignominia que le va a caer el PSOE  de Sánchez, por haberse humillado a rebajarse ante las exigencias del independentismo catalán,  por haber sido una de los negociadores de la inmundo acuerdo. Se apoya en el éxito del PS portugués, que ha colaborado de una forma responsable y eficaz para que la intervención que sufrieran pudiera ser contrarrestada por una adecuada política económica, que nada en absoluto tiene que ver con esta alocada propuesta de gasto público a la que nos va a abocar el nuevo Gobierno. Es evidente que, en Europa, salvo el ejemplar caso portugués, la social democracia está en horas bajas, los gobiernos de izquierdas se hallan de capa caída y, en ningún caso, ha ocurrido que, los partidos socialistas europeos, pusieran a los gobiernos de sus países ante el hecho inaudito de hacerles vender parte de su nación, ante las peticiones extemporáneas de alguna región que hubiera pretendido semejante objetivo. Creímos que, con Rodríguez Zapatero, los socialistas habían tocado fondo y que, su calamitosa gestión serviría de ejemplo a las nuevas generaciones del PSOE; no parece que haya sido así y, con harto pesar, nos tocará reconocer que hemos entrado en una nueva etapa en la que el panorama político español, para bien o para mal ¬-esto el tiempo nos lo dirá -, vamos a tener que afrontar una etapa en la que no sabemos lo que el destino nos va a deparar. Entre tanto: “Gloria a la patria que supo seguir, sobre el azul del mar, el caminar del Sol”.
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