Redacción Madrid. 2 de diciembre.

La eventual adhesión de Georgia y Ucrania en la Organización del Tratado del Atlántico Norte ha generado posiciones contrapuestas que marcan hoy el inicio de la reunión de ministros de Exteriores de los países miembros en Bruselas. Informa RIA Novosti.

Hasta última hora de ayer, aún no existía claridad sobre los términos de la declaración que resultará del encuentro, donde también se debatirán las relaciones con Rusia, según fuentes diplomáticas.

Después de varias jornadas de discusiones, los 26 Estados miembros continúan en desacuerdo sobre la fórmula más adecuada para ampliación de la Alianza.

En la cumbre, Estados Unidos intentará a toda costa acelerar la incorporación de las ex repúblicas soviéticas Ucrania y Georgia, medida a la que se oponen varios países, entre ellos alguno de peso como Alemania.

Según publicó la víspera el semanario alemán Der Spiegel, las intenciones de Washington generaron fricciones con Berlín, que sostiene que no se debe abandonar lo acordado en la última cumbre de la OTAN, celebrada en abril pasado en Bucarest.

Alemania objeta la posibilidad de que Georgia y Ucrania ingresen en la Alianza sin que antes se les haya concedido a ambos Estados el Plan de Acción de Membresía (MAP), como se acordó en la citada reunión, requisito imprescindible hasta ahora para el ingreso.

El MAP requiere del voto unánime de los actuales 26 estados miembros de la OTAN. Para cada país se elabora individualmente un plan, con objetivos a cumplir en el futuro.

Según un funcionario de Bruselas, Alemania no es el único país que reprueba la expansión de la OTAN del modo que pretende Estados Unidos. También lo hacen, en mayor o menor medida, Bélgica, Francia, Italia, Portugal y España.

Por otro lado, un asunto de alta prioridad para la alianza es, sin dudas, la normalización de las relaciones con Rusia. En más de una ocasión Moscú expresó su desacuerdo con la ampliación de la OTAN hacia el este por considerarlo un factor desestabilizador para la propia Alianza Noratlántica, además de suponer una intromisión en la zona de influencia de la potencia euroasiática.