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Diario YA


 

Hay imágenes que causan asco y vergüenza, rabia e impotencia

Asco y vergüenza tras al ahorcamiento de una Cruz

Francisco Torres. Hay imágenes que causan asco y vergüenza, rabia e impotencia, pero que muestran el grado de misería y cobardía moral, de podredumbre y servilismo, del gobierno y de todos y cada uno de los cargos, desde diputados a concejales, del Partido Popular.

400 días ha estado el pueblo en Callosa de Segura defendiendo la Cruz de los Caídos, con sus 81 nombres de víctimas de la guerra civil del bando nacional, víctimas de los que hoy hasta el PP proclama como los “buenos”. Mujeres de edad con sus sillas y termos, en invierno y en verano, protesta popular, Numancia redivida, que han estado a los pies de la Cruz para parar el desaguisado que al fin han perpetrado un alcalde socialista, que lo es gracias a los votos podemitas y de otros especímenes de la izquierd, con la inestimable ayuda, eso sí, del gobierno.

Y ¿qué culpa tiene el PP de eso?, me dirán los lectores de “derechas de toda la vida”, fieles votantes del PP, tan fíeles como la mayoría de los movilizados en Callosa (que por cierto presentaron más firmas en defensa de la Cruz que votos tiene toda la izquierda allí) que son votantes del PP de toda la vida. Pues tiene toda la culpa, tanto por ser colaborador necesario que como por pecado de omisión.

En Callosa no solo era una cuestión de recuerdo a los caídos del pueblo. Algo a lo que según la literalidad, no la aplicación ni el espíritu, de la LMH vigente tienen derecho -el PP naturalmente defiende la lectura de la izquierda-; era también una demostración de odio a la Cruz por lo que esta  significa. Y no es una excepción: ¿acaso no hemos visto cómo, sin contemplaciones, una pala destrozaba una Cruz en un pueblecito?

Esta madrugada hemos visto cómo los esbirros ahorcaban en Callosa una Cruz, protegidos, eso sí, por la fuerza pública. Lo han hecho porque los vecinos se han quedado solos, porque eso que llaman derecha prefiere que caiga una Cruz antes que enfrentarse ideológicamente a la izquierda, ser llamados franquistas o perder el sillón (mejor perder la dignidad que la mamandurria).

No, no exagero. El edil de Callosa, socialista por más señas, lacayo que busca hacer méritos ante su señor -ese Sánchez al que tanto está dispuesto a acariciar está Mariano-, ha conseguido lo más fácil -no era lo más difícil como alguien pensaba- que la Subdelegación del Gobierno, el PP, en vez de amapararse en los recursos presentados, enviara a la Guardia Civil en número imponente a despejar la plaza para ahorcar la Cruz. Lo ha hecho porque como son los defensores personas normales, nada violentas, padres, madres y ancianos, no era necesario esconderlos en hoteles y barcos ante la respuesta a su labor (¿recuerdan lo sucedido en Cataluña no hace tanto?). Lo ha hecho porque ni les daban miedo, ni era necesario el frío cálculo político de la conveniencia (¿recuerdan cómo el gobierno no ha activado la euro orden para detener al delincuente Puigdemont en Dinamarca?), porque estiman que eso no les va a costar ni un voto y que además, cuanto más se ciscan en lo que estos piensan más les votan.

Pero es aún más grave porque el gobienro y la Delegación del Gobierno sabían que el derribo estaba en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia y que se esperaba resolución de las medidas cautelares. El Delegado del Gobierno tenía la obligació de instar al alcalde a esperar la resolución antes de actuar. La resolución iba a llegar esta mañana. ¿Tenía el alcalde noticia de la resolución y por eso actuó de madrugada? El alcalde sacó a los obreros de la cama -ya se sabe cómo respetan al trabajador estos individuos-. La subdelegació, en una actuación cuanto menos connivente, envió los guardias. Derribaron la Cruz y a primera hora llegó la orden del TSJ que obligaba al alcalde a no derribar la Cruz. ¡De ahí las prisas del alcalde y de la delegación gubernativa del PP! Una burla a la justicia y a los tribunales.

Ls Cruz ha caído no solo porque el gobierno del PP no haya derogado una ley totalitaria como la de la memoria histórica vendiéndose a un concepto ideológico de la izquierda, sino porque ni tan siquiera ha tenido el valor político de ampararse en la literalidad de la ley para defender el derecho de los otras 80.000 víctimas de la guerra civil; porque a no pocos de sus alcaldes y concejales les falta tiempo para aplicarla -colaboracionismo impulsado por Génova 13-.

Y en el colmo de los despropósitos, ahora, manda a los guardias contra los manifestantes, contra sus votantes, para ahorcar una Cruz.

¡Cobardes, cobardes y cobardes¡ No existe otro calificativo más apropiado. Tanto lo son, que ya han anunciado su abstención ante la propuesta de Ley del PSOE, aún más totalitaria, que facultará para derribar cualquier “homenaje”, es decir cualquier Cruz o lápida, que exista en una Iglesia o en un Cementerio; esa que vulnera no pocos artículos de la Constitución y que convierte en juez y fiscal a un político para que persiga el delito de opinión. Esa propuesta que Ciudadanos piensa votar a favor porque Rivera también prefiere el sillón al principio de Libertad que afirma defender.

No solo es culpable el que odia, porque forma parte de su credo político, sino también el que lo permite y coadyuva a que el odio pueda actuar, incluyendo a los que se refugían en el ambiente crapulesco de la abstención.

El PP ha dado barra libre para ahorcar y destruir cruces y no le importa, si es necesario, mandar a los guardias. Así de simple.

PD: No sé si a estas horas aún seguirá detenido el joven falangista que para impedir el ahorcamiento se encadenó a la Cruz como última defensa. Tampoco sé si a esta horas los concejales de Callosa del PP han roto sus carnés y se los han enviado a Mariano en un orinal.

 

Etiquetas:Paco Torrespersecución religiosa